La lectura y la inmortalidad.

Allá por el 640 d.C se quemó la Biblioteca de Alejandría. En ella se reunían todo tipo de obras, de diversas épocas y procedentes de todos los lugares. Pero se perdieron y, como ya perdimos semejante tesoro, no nos podemos permitir seguir perdiendo el que tenemos ahora.  

Hay miles de libros esperando a que abras sus páginas, te sumergas en su mundo, en sus pensamientos y en sus emociones. No les des la espalda, no los quemes. Léelos, porque al leerlos les das vida. 

Hagamos a los libros inmortales, hagamos una Biblioteca de Alejandría inmortal.

Vamos a organizar los libros en función de la dificultad y complejidad de la lectura. Tú eliges a que lecturas te quieres acercar, así que sé sincero contigo mism@ y escoge lo que mejor se adapte a tus conocimentos. 

Primero lo fácil, para conseguir una buena base. 

Avanzamos para llegar a un nivel medio. Toca descender un poco más a las profundidades del pensamiento.

A partir de aquí, la lectura será más complicada, pero también más profunda.  Unos libros sin fondo.